Casarse con un informático implica ciertos cambios lingüisticos en tu diccionario personal. De buenas a primeras te empiezan a sonar palabras como p2p, php, host, ... y otras miles.
Pero lo más terrible es realizar cualquier trabajo teniendo a tu lado a un informático. No sé si te suena el siguiente diálogo:
Yo: Se me ha borrado
Él: No, dale control-no se cuantos
Él: No bajes las ventanas, ciérralas
Él: Pulsa la tecla windows y la e
Yo: ¿Y ahora qué?
[A estas alturas un grito, por supuesto mío, está a punto de estallar]
Él: Ive, pulsa no se qué
Yo: No lo veo
Él: Está abajo a la derecha al lado del icono de incluir el vete a saber el qué
Yo: ¿Dónde está todo eso?
En fin, una historia cotidiana como tantas otras en muchas familias.
Pero casarse con un informático también tiene otras ventajas, jajajaja, por supuesto que no las voy a decir.